Encontrar en el lenguaje estético un modo de conectar vida política, contiendas barriales y alienación contemporánea, conforman el núcleo de las preocupaciones de Gardar Eide Einarsson. Su repertorio artístico es sumamente variado, pero su recorte es muy preciso, los campos de observación son muy amplios pero el modo de darlos a conocer resulta siempre concentrado, apenas unos fragmentos, una imagen que el artista elige mostrar como el resultado de un tipo de observación social que señala las diversas relaciones que pueden llegan a derivar de un mismo conflicto.
El Kunsthalle Fridericianum (Alemania) presenta una exposición de Einarsson hasta el 11 de septiembre titulada Power has a fragance, con la que el artista crea un escenario que ilustra los conflictos sociales entre los individuos y la sociedad en la que viven. Una serie de pinturas interactúan con esculturas, cajas de luz, neones y espaciosas instalaciones.
Un neón ocupando casi la totalidad de un muro no indica sólo el nombre del emperador romano Calígula, sino también el de un club de strip-tease ubicado en la Ciudad de México, o las varas de bambú clavadas sobre una pila de llantas no son sólo un ejercicio simbólico que señala las batalles y conflictos recientes producidos en las calles de Bangkok, sino un comentario a todas las barricadas que se oponen a las políticas de opresión social.
Más información, aquí
Gardar Eide Einarsson. Power has a balance
Kunsthalle Fridericianum (Alemania)
Hasta 11 septiembre

Ir al contenido