1 febrero al 13 abril de 2008
Play Room
El CAC Málaga, Centro de Arte Contemporáneo del Ayuntamiento de Málaga, presenta Play Room, la primera exposición individual de Javier Calleja en un Centro de Arte Contemporáneo. El proyecto forma parte del compromiso del CAC Málaga con el arte malagueño, que se ha materializado ya en múltiples presencias colectivas e individuales de Luís Bisbe, Nono Baldera, Carlos Durán, Cristina Martín Lara, Chema Lumbreras, David Delfín, Antonio Yesa, Diego Santos, Nuria Carrasco, Libia Castro & Ólafur Ólafsson o proyectos globales como LQNH de Rogelio López Cuenca. Calleja reflexiona sobre los objetos y las obras de arte e incluso sobre las referencias clave del arte del siglo XX en un juego permanente entre la realidad y su referencia y el espacio. Play Room sumerge al espectador en el microcosmos de su creador, retrayéndolo hacia una infancia olvidada a la vez que suscitándole una visión crítica de la realidad que lo envuelve.
El Centro de Arte Contemporáneo de Málaga acoge en su Espacio Proyectos la última obra de Javier Calleja hasta el 13 de abril. Ésta se presenta como una habitación de juegos en donde las dimensiones y la simbología son las protagonistas.
Javier Calleja- según palabras del director del CAC Málaga Fernando Francés- recrea su particular Gulliverland para transportar al espectador a una infancia olvidada donde la inquietud es la temperatura y la escala, el tamaño, un aviso a navegantes que recuerda al mismo espectador que el arte pudiendo ser un juego, no lo es. […] El artista trata su obra como si fuese un juguete con el que espera que el público juegue, interaccione, cambie su habitual papel pasivo en activo que reacciona ante esos drásticos cambios de tamaño y la fuerte carga estética presente en su instalación. Y puesto que ansía ese juego por parte del visitante, Calleja se comporta como un niño, desordenándolo todo, imponiendo un orden caótico, muy difícil de racionalizar sin las claves de la magia y la fantasía.
Play Room se compone de dibujos realizados con técnica mixta y multitud de piezas que contrastan entre sí por la diferencia de tamaños: miniaturas frente a objetos de proporciones desmesuradas que ayudan a crear una dualidad que se contrapone, la visión infantil del mundo adulto y la concepción que éste tiene del primero. El artista expresa, mediante ello, una serie de sentimientos contradictorios, sentimientos vigentes en la sociedad contemporánea; la estabilidad que simboliza la mesa y el mundo adulto frente a la inestabilidad del meteorito, todo ello influido por la energía representada por la cerilla y que simboliza el mundo infantil.