Tick-Tock, Crick-Clock es el título de la exposición que la artista alemana Katja Strunz presenta en la Galería Almine Rech de Bruselas. El núcleo de la muestra es un reloj de madera a gran escala hecho a mano apoyado en las paredes de la galería. Despojado de su función principal, la de indicar el paso del tiempo, el reloj no deja lugar a dudas: representa un momento que se congela en el tiempo. El resto de esculturas que forman parte de la exposición aparecen como piezas rotas, como fragmentos caídos o doblados por el reloj. Ejemplo de ello es la larga cadena que cuelga del techo
Las obras de Katja Strunz llevan las huellas de la experiencia vivida, de un pasado que se manifiesta a través de la utilización de materiales reciclados. En algunas de sus piezas que combina estos elementos antiguos con el nuevo diseño industrial o de elementos hechos a mano. Ella llama a este grupo de obras “fragmentos construidos”. Alimentado por su propia arqueología de la modernidad, su trabajo se construye en el presente, proponiendo una temporalidad en la que dibujar el futuro, presente y pasado.
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Katja Strunz. Tick-Tock, Crick-Clock
Galería Almine Rech. Bruselas
25 febrero – 26 marzo 2011

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