El Centro de Arte Contemporáneo de Málaga se suma un año más a uno de los eventos culturales más importantes de la ciudad, La Noche en Blanco. La cita será este sábado 20 de mayo, en la que el centro abrirá sus puertas en horario especial hasta las 02:00 horas. Durante la velada se dará a conocer el ganador del certamen Málaga Crea 2017, en la modalidad de Artes Visuales Jóvenes Andaluces.
22:30-23:30h. “Los Cantos”
PLANTA PRIMERA, SÁLON DE ACTOS (PRESENTACIÓN MEDIOMETRAJE)
El CAC Málaga colabora junto a la Asociación Juvenil del Valle del Guadalhorce (España), Asociación Agrado (Italia), Asociación de Tineri Din Ardeal (Rumania), Universidad Toros (Turquía), JUZ Strasshof (Austria) y Participación Juvenil Helénica (Grecia), entre otras entidades europeas en el proyecto Mnemosine. Mnemosine es una partnership estratégica en el ámbito de la juventud, del Programa Erasmus Plus. Es un proyecto de formación no formal dirigida por una parte a formadores, y por otra a jóvenes artistas o creadores. El CAC Málaga proyectará la II parte del proyecto, el mediometraje “Los Cantos”, dirigida por el artista Francisco Villalobos Santos (Coín, Málaga, 1981). Obra simbólica que nos invita a realizar un viaje interior donde cada espectador descubrirá sus propios significados. Introducción por parte del autor y proyección del mediometraje y debate.
00:00-00:30h. “SOÑARTE” * [Segundo Pase]
PLANTA PRIMERA, SÁLON DE ACTOS (RECITAL POESÍA)
01:00-01:30h.
PLANTA PRIMERA, SÁLON DE ACTOS (PROYECCIÓN MEDIOMETRAJE)
Proyección de la I Parte del proyecto, “Los Cantos”, dirigida por Francisco Villalobos Santos (Coín, Málaga, 1981). El film está protagonizado por Diana Cotolí Gómez (la diosa), y Francisco Villalobos Santos (el alquimista), grabado en los entornos de río Grande y el Jardín simbólico (Coín), y montada en el estudio de Paco Burgos Guerrero, con música de A.L Guillén e Iluminación de María José Gallego Zambrana. Toda la película gira en torno a un arquetipo ancestral de liberación y reencuentro con nuestra esencia más anhelada, donde todo cuanto sucede puede entenderse como un proceso o viaje interior que relata la superación de ciertos límites para acceder a un horizonte más amplio sobre el que redescubrirnos y experimentarnos. El tono onírico de la película, así como el carácter simbólico de sus imágenes, se ofrece como una especie de viaje iniciático donde cada espectador puede encontrar algo propio, abriendo un itinerario que requiere de una mirada abierta a descubrir multitud de detalles y matices que pueden pasar desapercibidos ante una mirada ordinaria. Un relato donde la interpretación y la vivencia personal adquieren mayor importancia que la propia historia, pues la narración se centra en potenciar procesos inconscientes que despierten en el espectador un sentido y significado propio.

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