El Centro de arte Contemporáneo de Málaga presenta Neighbours V (Vecinos V), una selección de trabajos de artistas de proximidad que, como en las cuatro ediciones anteriores, tienen la ciudad de Málaga como referencia. Su primera edición se realizaba en 2012, viéndose nuevas incorporaciones a lo largo de los años. Esta nueva exposición está compuesta por 52 obras de 33 artistas diferentes, entre esculturas, pinturas, dibujos y fotografías. Los trabajos van desde la primera década del siglo XXI hasta la actualidad, algunas de ellas adquiridas recientemente por el centro. En la muestra se verán nombres conocidos que ya han pasado con anterioridad por las salas del museo, con proyectos individuales o en colectivas como Chema Cobo, Pilar Albarracín, Francisco Peinado, Manuel León o Nono Bandera comparten espacio con otros que por primera vez expondrán sus obras en el CAC Málaga.
La colección permanente del CAC Málaga muestra una visión cercana del arte con Neighbours V. Esta muestra trabajos de artistas de proximidad, así como reconocidos nombres de la escena contemporánea actual, en un esfuerzo por promover el arte más cercano. Desde su inauguración en 2003, el centro ha mantenido y fortalecido su compromiso con la organización de exposiciones individuales y colectivas. Es importante destacar que esta nueva sección tiene como temática principal la figura humana, y en particular, el retrato.
Neighbours V aúna un extenso vínculo de estilos y puntos de vista en diversas disciplinas, que van desde la pintura a la escultura, pasando por el dibujo y la fotografía, demostrando la importancia de las diferentes manifestaciones artísticas como conectores entre las personas, todos somos vecinos del mundo.
Forman parte de esta nueva edición de Neighbours las dos obras S/t (2016) de Juan Manuel Rodríguez, donde el misterio es algo innegablemente necesario, el artista intenta no desvelar toda la información, aunque el espectador crea entender la imagen, debido a la ilusión de una realidad verosímil, tras tratar de adivinar más en los pequeños detalles, su intento se verá frustrado.
Por otra parte, MP & MP Rosado mantienen variaciones complejas en el espacio privado, entre la intimidad y el silencio. Además, analizan en el espacio público la apariencia de una persona y las vistas en la calle y sus respectivos juegos de luces y sombras en Los Sujetos (2016).
La obra de Paco Sanguino ha ido evolucionando, llegando en algunos periodos a rozar tanto el realismo como la abstracción, muestra gran interés por las escenas cinematográficas y de la historia más reciente, jugando con el blanco y negro, reflexionando sobre el claro-oscuro, como puede apreciarse en su obra S/t (2017).
Las obras de Eladio Aguilera incluidas en la muestra se caracterizan por la atención por lo cotidiano, donde surgen quejas, protestas y sátiras, que revelan un continuo inconformismo, o incluso cierto escepticismo dolorido, en una conciencia de aislamiento, de soledad y hasta misterio como en S/t (2016) donde un joven parece leer una biblia y una tercera mano irrumpe en la escena.
Para Adriana Torres, sus influencias personales cobran un papel protagonista en las obras Peace, Serenity, Calm o Wellness pertenecientes a la serie Smart Future (2018). Estos son bustos con rostro de niña, juego entre la realidad virtual y lo que realmente es el ser humano, naturaleza viva, paz, calma, serenidad o salud son algunos de los conceptos que busca Torres para provocar la reflexión en el espectador.
Nekane Manrique Mezquita trabaja el campo de la pintura figurativa, su producción artística gira en torno al paisaje y la figura femenina, con especial atención sobre las manchas de color y la luz. Conceptos como la sensibilidad o la belleza, pueden apreciarse en Latidos y Un suspiro (ambas del 2014).
En las dos obras Greenville news (ambas 2016) Fran Ramírez VIOLA muestra el titular que apareció en el periódico que da título a las obras: “KENNEDY IS KILLED BY SNIPER”. Muestra dos personajes de cómic de esa misma época poco conocidos, pero a su vez, aunque sean dos imágenes que no tenían nada que ver, conectan, estando así descontextualizadas y llevadas a otro significado. God save the fish (2018) incluida también en esta muestra, nace gracias a un dibujo anterior que el artista expuso y en el que aparecía la reina y una ballena con el lema GOD SAVE THE WHALES. Este fue robado. Como homenaje y réquiem, realiza esta obra de mayor tamaño, pero a modo de boceto, para de una manera irónica disminuir el valor de la obra.
Luis Amavisca en Sin título, CA 6, Lámparas de plegaria, serie Candor (2007-2008), se centra en el tema de la soledad humana individual, pero también en la marginación, la fragilidad ante la dominación y el suicidio. En esta caja de luz puede apreciarse a una mujer totalmente pintada de blanco y a su lado un pintalabios rojo, único punto de color de la obra, que muestra el encorsetamiento de una vida oprimida y la sutil presencia de la muerte.
Adán y Eva (2002) de Pilar Albarracín pertenece a la serie Buscando a Herr Traumerreger donde recoge estímulos procedentes del inconsciente colectivo vinculado al ámbito religioso. En esta obra el arquetipo femenino está fuera de la lógica. Hay un choque en la imagen, ironía y frivolidad. Tabúes y tópicos con una propuesta “comprometida” que enlaza Andalucía con el Norte de África. Un diálogo entre diferentes culturas y diferentes géneros.
Por otro lado, Carlos Aires en Sin título. Serie, Y fueron felices (2004) muestra un enano vestido de picador rompiendo en un fondo negro profundo, como un personaje salido de un abismo y un elemento clásico: un marco del mismo color. Lo hace con el objetivo de establecer un juego entre lo que es y lo que parece, ironizando sobre lo que se ha considerado como “obra de arte” y sembrando la duda sobre lo contado, lo transmitido, sobre la historia.
Además, Manuel León con la obra Vuelven los problemas del siglo pasado (2016) reformula la iconografía del tema bíblico de Susana y los viejos. En ella, se observa un paisaje de fondo exuberante en el que destaca plantas de la costilla de Adán, con una mujer recostada y rodeada por la figura multiplicada de un hombre que expresa diferentes actitudes y sentimientos, desde la ira hasta el arrepentimiento.
Luis Gordillo en 9 fotos de carnet (años 50) (2012) muestra una relación de primeros planos del artista realizados en estudio, fotos identificativas de los documentos oficiales. Entre ellas hay una progresión temporal de un poco más de una década. Se puede apreciar a Gordillo, desde antes de los veinte años hasta algo después de los treinta, la evolución de la juventud a la madurez.
Fotogramas (2015) es un retrato de una persona anónima pintado por la artista Gloria Lomas. Esta obra está basada en una fotografía que hizo la artista en uno de sus viajes, donde recogía la “dignidad y la individualidad que todos merecemos”. La técnica utilizada por Lomas está basada en la utilización de pigmentos naturales y anilinas de agua sobre lienzo.
La propuesta de Los Vendaval, Figuras de respeto (2018) invitan a reflexionar sobre el poder de las imágenes, la realidad, y el devenir del mundo contemporáneo. El título toma su nombre de las famosas figuras de convite (o respeto) portuguesas, grandes figuras de azulejos tradicionalmente colocadas en las entradas de los palacios portugueses que muestran actitud de recibimiento. Los protagonistas solían ser mayordomos, porteros o soldados. Así, Los Vendaval recogen una serie iconográfica que representa a algunos de los grandes líderes del mundo en la fecha que fueron creadas, en esta ocasión: Angela Merkel y Mariano Rajoy.
Don’t panic (2014) de José Luis Puche presenta una inquietante imagen pop como un fotograma de algo ya vivido o soñado, que como si fuera un déjà vu se filtra en la mente del espectador con una extraña familiaridad de resonancia surrealista.
Nono Bandera recupera obras encontradas en mercadillos callejeros, firmadas por aficionados y pintores caídos en el olvido, a las que dota de nuevos significados, a la vez que descubre manifestaciones escondidas en lo pretendidamente convencional, reinterpretando la iconografía popular, arrancando a los personajes históricos representados, en torno a los que se ha construido un discurso moralista y edificante, confesiones que descubren aspectos desconocidos de sus particulares historias, como en El lobo y la nieve (2013) cuyo soporte es un ensamblaje de apuntes manuscritos de Derecho Canónico.
Por otra parte, Marta Galindo emplea recursos literarios y cinematográficos con el fin de crear una pintura figurativa de carácter narrativo, sin necesidad de un argumento específico. La tensión temática a la que somete cada una de sus imágenes, como en Chapter X (2015), busca el suspense evitando mostrar el tema o acción principal que debiera estar aconteciendo.
Jorge Hernández pinta historias íntimas repletas de extrapolaciones, desenfoques, planos cinematográficos y alteraciones métricas que resultan sorprendentes pero, al mismo tiempo, sugerentes y atractivas, como en La proposición (2017).
Jesús Algovi fusiona la poesía con la plástica, deconstruye los signos del texto (letras capitales) y estos son el alimento que conforma la propia obra, como en Democracia (2014). Realiza una obra cargada de contenido, en las que expresa el desasosiego, hace visibles los fantasmas de la sociedad o el íntimo ámbito de las emociones y les da finalmente forma en el objeto.
Eco I y Eco II (2017) del artista Álvaro Albaladejo están concebidas como una alucinación en sí mismas. Provocando retorcimientos y expansión de sus caras, desbordamiento de sus planos, colores monocromos que generan atmósferas irreales, cambios continuos en su aspecto exterior y cambios perceptivos, el artista provoca alteraciones en la lectura plástica de las piezas.
Por otro lado, en la obra titulada Art of this Century V (2017) de Natalia Domínguez se observa la portada del libro de arte 30.000 YEARS OF ART en el que pone de manifiesto la compleja relación del artista con los libros de arte, dejando entrever ese amor/odio y aprendizaje que se establece entre ambos.
Maríajosé Gallardo refleja en sus pinturas sus preocupaciones abarcando temas como la muerte, la culpa, la salvación, lo divino o lo terrenal, incitando al espectador a cuestionarse aspectos sobre la muerte. En su obra Ni más ni menos (2016), una suerte de animales y símbolos harán cuestionarse al espectador la simetría de la obra.
Los colores suaves y tonos pasteles destacan en las pinturas de Cristóbal Quintero, preferentemente elaboradas al óleo. Su conocimiento de la historia del arte, sumado a una lúcida visión de la realidad, deriva en obras llenas de humor e ironía que recogen aspectos cotidianos de la vida y del comportamiento humano. A partir de estos preceptos, construye escenas en las que se entretejen relaciones de carácter onírico y subjetivo, como en Composición 2 (2017).
La pintura de Ramón David Morales es fresca, vital y llena de jovialidad. Se conjugan en ella objetos cotidianos con paisaje y naturaleza en un plasma colorista que juega con el espacio y la perspectiva, creando imágenes muchas veces de carácter onírico, como en Pozo santo (2015).
También forma parte de la muestra Norberto Gil, quien se inspira en Le Cabanon de Le Corbusier, simplificando y limpiando elementos, para crear Le Cabanon (2017) donde todo es lineal, arquitectura, y abstracción.
La aleatoriedad de las diferencias emergentes entre la línea y el plano, configuran el inconsciente subyacente de una red compleja llena de individualidades en la obra de Chico López. Normalmente se percibe la geometría por la similitud de sus formas con el triángulo, el cuadro o el círculo, en sus trabajos estas son elementos arcaicos, consecuencia del empeño en traducir el espacio de forma simplista. Es el seguimiento del curso de una línea de predeterminadas condiciones, la que hace encontrar su orden comunitario y su singularidad, aunque todas estén determinadas por las mismas pautas como en 1, 2, 3, 4, 2, 3, 4, 1, 2, 3, 1, 2, 1, 2, 3, 4, 5… (2020).
El trabajo pictórico de Miguel Núñez se basa en la contemplación del entorno, prestando especial atención a lo cotidiano e insignificante, experimenta e hilvana lentamente múltiples lenguajes pictóricos, entendiendo la pintura como la obtención dinámica de soluciones que acaban configurando un itinerario creativo como en S/T (2016).
También forma parte de la muestra una obra de Chema Cobo, Out of the Blue IX (2011) cuyo punto clave es la dialéctica entre dos realidades: una dentro del lienzo (codificada como ilusión) y otra fuera del lienzo (codificada como realidad). En el trabajo de Cobo ambas están codificadas: no hay un acceso simple a una realidad no codificada, ya que nuestra naturaleza perceptora y receptora está implicada en todas las representaciones, sean o no pictóricas.
Las obras de Patricio Cabrera toman como referencia diversos lenguajes del cómic, la cultura popular y el surrealismo para crear sus pinturas abstractas caracterizadas por su gran colorido y el empleo de formas ornamentales donde destacan elementos recurrentes como escaleras, casas de pájaros, paisajes, vegetación y figuras abstractas como en Flor de Bananera (2017).
En la obra monumental de Francisco Peinado, Helicóptero (2008) un cielo hecho de muchos cielos, evoca distintas épocas y momentos: azules, celestes, grisáceos, violáceos muestran un pesado helicóptero; en El hombre de la vela (1990) donde Peinado destaca por la calidad de su diseño y el dominio de una técnica que conoce y emplea para expresar matices exquisitos, tanto en la composición como en el color. Así, construye un paisaje, un personaje central y objeto (vela) con fuerte carga onírica, fantasmal, inquietante. Un lenguaje de soledad y aislamiento que se rompe en trazos de ironía y desconcierto.
Amante de la técnica tradicional, es en la temática donde es patente la contemporaneidad de Antonio Montalvo. Se le define como un creador cuya obra presenta una poesía repleta de enigmas que desborda a quien la contempla, como ocurre con la obra Dos Noes (2015).
Cachito Vallés, en su obra System #04 (2018), se basa en patrones definidos por un diseño abstracto que mediante la repetición del mismo tiende al caos o al equilibrio formal.
La muestra, que ya cuenta con cuatro ediciones anteriores, se plantea como una renovación de su colección permanente, acercando como en las otras ocasiones el Centro de arte Contemporáneo a los artistas vecinos, es decir, los artistas de proximidad, a las propuestas de artistas más internacionales y a todos los visitantes del centro.
Listado de artistas que conforman la exposición:
Aguilera, Eladio (Los Corrales, Sevilla, 1995); Aires, Carlos (Ronda, Málaga, 1974); Albaladejo, Álvaro (Granada, 1983); Albarracín, Pilar (Sevilla, 1968); Algovi, Jesús (Jerez de la Frontera, Cádiz, 1968); Amavisca, Luis (Santander, 1976); Bandera, Nono (Málaga, 1958); Cabrera, Patricio (Ginés, Sevilla, 1958); Chico López (Linares, Jaén, 1967); Cobo, Chema (Tarifa, Cádiz, 1952 – Málaga, 2023); Domínguez, Natalia (Jerez, Cádiz, 1990); Galindo, Marta (Cádiz, 1993); Gallardo, Mariajosé (Villafranca de los Barros, Badajoz, 1978. Reside en Sevilla); Gil, Norberto (Sevilla, 1975); Gordillo, Luis (Sevilla, 1934); Hernández, Jorge (Huelva, 1973); Jiménez Reyes, Rafael (Córdoba, 1989); León, Manuel (Villanueva del Ariscal, Sevilla, 1977); Lomas, Gloria (Sevilla, 1963); Manrique Mezquita, Nekane (Valle de Trápaga-Trapagaran, Vizcaya, 1985); Montalvo, Antonio (Granada, 1982); Morales, Ramón David (Sevilla, 1977); Núñez, Miguel (San Roque, Cádiz, 1991); Peinado, Francisco (Málaga, 1941); Puche, José Luis (Málaga, 1976); Quintero, Cristóbal (Pilas, Sevilla, 1974); Ramírez Viola, Fran (Herrera, Sevilla, 1984); Rodríguez, Juan Manuel (Málaga, 1979); MP & MP Rosado: Miguel Pablo y Manuel Pedro Rosado (San Fernando, Cádiz, 1971); Sanguino, Paco (Sevilla,1962. Reside en Marbella, Málaga), Torres Silva, Adriana (Sevilla, 1968), Vallés, Cachito (Sevilla, 1986), Los Vendaval: Rocío Arévalo Vargas (Cádiz, 1978) y Pablo Alonso de la Sierra (Cádiz, 1970).